jueves, 3 de diciembre de 2009

Pedaleando de rodillas

Me siento en el sillón luego de una larga jornada de trabajo, enciendo el televisor, con cara de perro, busco algun programa que me ayude a matar ese tiempo que ya está muerto, pero nada, ya son las 9, los noticieros bailan al son de la muerte y desolacion; en gaza: hoy han muerto 115 personas, en el que el 75% fueron madres y niños..."vaya", y 5 segundos despues de aquella noticia me muestran que un chileno está triunfando en España... nosé si tengo deseos de suicidarme o ganas de vomitar, la verdad es que estos payasos dentro de la pantalla cada vez se rien de mi cuando los veo, maldito circo, se ha invertido en mi contra. Ya son las 12, enciendo el ultimo porro, mientras esos generosos triunfadores siguen riendo como si su mundo fuera perfecto. Maldicion, no soy ni rubio ni africano, y sigo renegando, ya está, apago esa caja de pandora gris, cuando abro los ojos ya el porro está a la mitad y ya ha hecho efecto, pero que va... cuando cada vez es mas imposible cambiar la realidad, lo ultimo que me queda es escaparme de ella, unas cuantas horas para volver nuevamente a la cueva.

Intento levantarme pero mis pies son como rocas, no los puedo levantar, ya son las 4 am, me quedan 3 horas de descanso y luego al trabajo... salgo a la calle y ahí están, con la misma mirada perdida que siempre, los sin techo y droga, que aunque no de mi vida una felicidad son la amistad verdadera.

La rutina me carcome y el silencio me corrompe, este violento situacionismo cada día me vuelve más paranoico, pero ya está, ya es tarde, para retractarse.

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