martes, 16 de febrero de 2010

Agobio en cuatro patas

Cebras de rayas rojas y fondo negro, trotan con sus huesos quebrados sobre vidrios y latas oxidadas, cabeza baja buscando un horizonte de humo y cielos tornasoles, no se ve nada mas a lo lejos; mas que cuervos que en bandas de 8 que revolotean cual fiesta por el festín que pronto se dara lugar, haciendo circulos, a caminantes que ya cansadas se tiran a descansar de su dolor y bajas energias. al caer la noche los monstruos asechan y las cebras se esconden sobre postes negros sin cables, en la cima de ,observando como estas abominaciones caminan a paso lento, riendose con su tono gutural, digno de un asesino de trayectoria buscando a una que otra presa, fatigada por el calor insoportable y los engañosos espejismos que hacen caer hasta el más agil salvaje que ronde por esos lugares. Con el corazon casi sin pulso las cebras (canela y jadeante) ven pasar sus peores enemigos, con el pavor si pasarán otra noche con vida. En un momento de basilacion dejan caer una lágrima sobre el polvo y las bestias saltan de ganas por comer y terminar con estos 2 temerosxs y agridulces escapados; 7 horas de espera y no se ve posibilidad de que bajen las presas y las bestias ya aburridas y hambrientas se van, mirando de reojo a sus pérdidas de la noche. Ya pasado el peligro descienden de la alta estructura deseosas de beber, en medio de un desierto plomo, con rocas y peñascos como unicos paisajes, cubiertos de cenizas; el agotamiento se ve a simple vista, pero estxs continúan su rumbo, en círculos y zigzags con el inalcanzable rojizo horizonte como destino, donde desean dar sus ultimos pasos y por fin descansar con sus máscaras de gas encima. Con 12 km dejados atras paran a descansar, en un paradero blanco, en medio de la nada, esperando a nadie, en un lugar sin caminos, cables ni luces, solo largas estructuras cada 500 metros, postes sin funcion alguna. De lejos divisan 2 rumiantes, al parecer son la autoridad de ese "lugar", bestias que aplican las leyes con la violencia como unico manuscrito y la muerte como única condena. Pasmados por el miedo nuestros rayados escapados huyen hacia un agujero cerca del solitario paradero; observando cada paso que dan los dos rumiantes, riendose a carcajadas, ostentando el uno al otro sus premios, sus muertos. Sacando energías desde el rincón más lejano de sus corazones, canela y jadeante caminan lentamente a espaldas de las dos bestias, siguiendo cada paso que dictan sobre las cenizas y arcilla, escondiendo sus cuerpos tras rocas y largos cactus (única fuente de agua, con el problema que, para poder beber hay que sacrificar el cuerpo, ya que las espinas son huesos, filudos cual navaja de asesino a sueldo) viendo como continúan su vigilia, sin un objetivo concreto. En el momento en que se detienen a descansar, canela comienza a dar los primeros pasos, con su lomo pegado al suelo, sus patas dobladas con sus codos apuntando al cielo, de sus ojos no sale la imagen de esa bestia dando golpes de corriente al que un día fue su padre; hoy esta en tierras lejanas, bajo tierra. A 3 metros de su objetivo, canela se abalanza sobre Marrón (el primero de las dos bestias) dando una certera mordida sobre el cuello del sorprendido ya abatido vigilante. Un segundo despues de que canela haya abatido a su enemigo, jadeante iba por Vástago, sin pensar que este reaccionaria, dando a lugar a una brutal pelea, sin tregua, en ese momento Canela se da cuenta que su compañero corre grave peligro, corriendo en su ayuda, enterrando una de sus patas delanteras en el negro corazon de la bestia, cayendo sobre las rocas, su sangre mezclandose con la ardiente arcilla de esa tarde, y sus ojos desvaneciendose y poniendo fin al peligro latente que corrian hace varios días, sintiendo el sinsabor de que cualquier noche despertarían en un calabozo o con sus corazones atravezados por una bala. Dejando atras a los dos cuerpos muertos, canela se da cuenta de que su compañero esta herido, con su pecho perforado, derramando sangre, jadeando, esta vez no por el cansancio de correr en los prados, sino por tener a la muerte apoyandose sobre sus brazos, susurrandole al oído "quiero estar contigo". Deciden descansar; Canela esperando que su acompañante mejore, y sanen sus heridas, para continuar su camino empedrado y dispar hasta tener encima el color tornasol del cielo, haciendo realidad los sueños que tanto ansiaron toda su vida.

((continúa))

lunes, 1 de febrero de 2010

Sin risas

Y dos payasos haciendo un trozo de una obra teatral se subieron a la micro, los sentí desde atrás, en el ultimo asiento, me quite los audífonos para escucharlos; buenos diálogos,varios chistes y criticas al modelo de esta sociedad... me hicieron reír, pero a la mayoría de las personas del bus no se le veía siquiera una sonrisa, ningún gesto que denotase alegría, o que los haya hecho reír, solo miraban hacia afuera, con sus ojos cual pez en vitrina.

Al llegar al paradero después de unos 10 minutos de rutina, terminaron con chistes y diálogos riéndose de la amargura de los humanos, de ver como un par de seres intentan hacer reír a muchos, pero estos están tan perdidos a estas alturas que solo entregan una moneda para que paren de hablar y continúen su trayecto sin novedad alguna.

En ese momento me bajé del bus.