domingo, 20 de septiembre de 2009

Como todos los días

Llega en bicicleta, ese delgado joven, muy extraño, a llamar por el
telefono publico, como todos los días, se va con un semblante triste,
lentamente a un destino que desconozco; se queda minutos, muchos minutos,
esperando que le respondan, si no, espera aún mas... hasta que ya cansado,
toma su rumbo.

Otro día más, sin arreglar, llega nuevamente, igual que ayer, se va,
hechando demenos a ese alguien... será tan importante para esperar tanto?

El dueño del local, ya lo conoce, sabe el final de su espera y llamados y
con un dejo de soledad saluda al chico, y este sin palabras, solo le mueve
la cabeza, en son de saludo.

Ya son dos semanas, han pasado las heladas mas frias del año, un frío
terrible, ese que te cala los huesos y esos que hacen que hasta los
drogadictos se queden en casa... solo están abiertos algunos locales,
ese que siempre está abierto, esperando algún solitario cliente que
interrumpa el fúnebre silencio de la tarde.




Como todos los días, la espera llegó a su final, el desarreglado chico no
volvió más a dicho local...espero que su espera haya tenido un final
feliz.

sábado, 12 de septiembre de 2009

Yo que por tí


y
o que por tí, seria capaz de combatir, hasta los mas grandes pesares, con tal de verte sonreir.

yo que por tí, hubiera sido tu padre y tu amigo, tu hermano y tu osito, seria todo lo que quieras con tal de haberte visto jugar y tus ojitos verlos brillar.

yo que por tí, hubiera dejado todo esto de lado, con tal de verte crecer en un ambiente sano y calmado, fuera de balazos y días nublados.

yo que por tí, hubiera bajado al infierno para traerme un poco de fuego, que encienda mis frías manos, para luego subir y quemarte el cielo, para que así llueva el silencio, callando a todos los bastardos, que un día no te quisieron en este sendero.

yo que por tí, hubiese inmolado mis sueños, dejandolos en boga, para otra desquisiada locomotora, esa que me lleve, por fin al destino de mi utópica aurora

Tú que por mí, que aún no has hecho nada, ya te encargaste del mayor de los cometidos, enhebrar mis alas quebradas, y darle un sentido a mi vida, que hasta hace pocos días esta se desangraba.

Tú que por mí, que aun no ves mi cansado pasar, harto de esta vida, nómade como un animal, has logrado lo que nunca nadie ha podido, hacerme feliz, tan solo con imaginarte y esperarte llegar.

Pero sé que ya no estás conmigo, y aún así yo te recuerdo, con una bala en mi pescuezo y con fuego en el cerebro, lloro al pensar, lo que algún día hubieramos podido lograr, los tres inseparables, como las inalterables montañas de los andes, derribando umbrales y secando los mares, con tal de por un segundo, haberte visto llegar ...

Para tí, que jamás te podré contemplar, solo me conformo con un momento imaginar, tu sufrida llegada, y abrazarte para siempre, superando uno que otro sufrido mal pasar.



03/09/2009 1:31 a.m.