lunes, 4 de octubre de 2010

Entre sus máquinas

Astuto, el zorro busca venganza, astuto entre toneladas de información el animal afila las garras; imponentes, amenazantes, kilómetros de cableado no han podido capturar su astucia, su rencor... su rencor.

Entre maleza y maleza, eriza su pelaje, camina lentamente, atento a las miradas de sus cuidadores, atento entre los cientos de seres, vacíos de alma, deseosos de llevarse un pedazo de la torta, sin descuidar los ojos de los soldados, arremete silenciosamente entre sus cables, llevándose como premio la satisfacción de haber recuperado un trozo de vida que hace ya tiempo le habían arrebatado, incluso dentro su gran cárcel invisible, se mezcla entre la multitud, tomando nuevamente la forma de un ser humano común y corriente, planificando cual será el atraco del día siguiente.

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